martes, 5 de enero de 2010

el sagrado secularismo


Bruce Ledewitz
“Hallowed Secularism. Theory, Belief, Practice”
Palgrave Macmillan, 2009
224 pp.


El autor es Profesor de Derecho en una Universidad norteamericana. De origen judío, ha pasado por un proceso interior que le ha conducido a una suerte de agnosticismo muy particular. Conforme a su peculiar visión, no existe la trascendencia tal como las religiones tradicionales la conciben y, sin embargo, en muchos aspectos las religiones tradicionales siguen siendo referentes válidos para muchos aspectos de la vida. El libro del autor ha adquirido una relativa fama también a través de Internet por el blog Hallowed Secularism.

El libro no es propiamente jurídico, aunque realizada también un análisis jurídico de algunas cuestiones relativas al objeto principal. Dicho objeto es el siguiente: vivimos en unas sociedades progresivamente secularizadas, que han perdido los referentes éticos y cívicos, hasta ahora facilitados por las religiones tradicionales. ¿Cómo proporcionar a la sociedad actual referentes morales, esperanzas ciertas sobre las que fundamentar una vida humana? La respuesta para este autor no consiste en volver al pasado, a los aportes de las religiones tradicionales; téngase en cuenta que sus juicios morales —a juicio del autor— se ven superados por los hechos: su rechazo, por ejemplo, de la homosexualidad o de la ordenación de mujeres resulta inadmisible. Tampoco el Mercado, la Economía, la Ciencia experimental o el Derecho aportan buenas respuestas para una vida humana en plenitud. Para el autor, la respuesta, quizá no suficientemente articulada aún, sea el “sagrado secularismo”, una estructuración de la sociedad que se inspira en el secularismo, sin excluir la moralidad de las religiones, pero que no pasa por sus instituciones de éstas y sí por mensajes éticos de respeto del ser humano, del amor a los semejantes, etc.

Pero tal respuesta, ¿no había sido ya aportada por el humanismo ateo, agnóstico, por el humanismo secular, etc? Para el autor no es así: el humanismo secular y/o ateo y/o agnóstico ha pecado históricamente del desprecio (por superadas) de las religiones tradicionales, cosa que no hace este nuevo secularismo. Es más: entiende que las religiones tradicionales resultan un factor importante en la actual sociedad. De hecho, sostiene el autor que las religiones no tiene por qué declinar en su importancia y en su presencia social pública. Curiosamente, Ledewitz comparte muchos puntos de vista con Benedicto XVI en su obra “Jesús de Nazaret” y sostiene, igualmente para sorpresa del lector, el carácter especial de la Biblia.

Se echa de menos una justificación compartible de las posiciones que adopta el autor. Por ejemplo, desconcierta su posición respecto del matrimonio homosexual y la ordenación de mujeres, respecto de su rechazo del aborto.

Lo más valioso del libro, en mi opinión, es su crítica al laicismo (o secularismo). No es una crítica profunda o exhaustiva, pero indudablemente las cuestiones puntuales que estudia acerca de ese fenómeno (cientificismo, materialismo, posicionamiento político, etc, etc.) resultan interesantes: explicita de alguna forma problemas y objeciones que se intuyen a veces, pero no se formulan con claridad.

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