martes, 23 de marzo de 2010

clima artificial de pánico moral

Rafael Navarro-Valls
Diario El Mundo, 22 de marzo de 2010

Un tribunal de la Haya decidió en julio de 2006 que el partido pedófilo Diversidad, Libertad y Amor Fraternal ( PNVD, siglas holandesas), “ no puede ser prohibido, ya que tiene el mismo derecho a existir que cualquier otra formación”. Los objetivos de este partido político eran: reducir la edad de consentimiento (12 años) para mantener relaciones sexuales, legalizar la pornografía infantil, respaldar la emisión de porno duro en horario diurno de televisión y autorizar la zoofilia. El partido acaba de disolverse esta misma semana. Al parecer, ha contribuido decisivamente la “dura campaña” lanzada desde todos los frentes, internet incluido, por el sacerdote católico F.Di Noto, implacable en la lucha contra la pedofilia.

Esta buena noticia - cuyo protagonista es un sacerdote católico - coincide con otra mala, protagonizada también por sacerdotes de esta confesión. Me refiero a la tempestad mediática desatada por abusos sexuales de algunos clérigos sobre menores de edad. Estos son los datos: 3.000 casos de sacerdotes diocesanos involucrados en delitos cometidos en los últimos cincuenta años, aunque no todos declarados culpables por sentencia condenatoria. Según Charles J. Sicluna - algo así como el fiscal general del organismo de la Santa Sede encargado de estos delitos - : “ el 60% de estos casos son de ‘efebofilia’, o sea de atracción sexual por adolescentes del mismo sexo; el 30% son de relaciones heterosexuales, y el 10%, de actos de pederastia verdadera y propia, esto es, por atracción sexual hacia niños impúberes. Estos últimos, son unos trescientos. Son siempre demasiados, pero hay que reconocer que el fenómeno no está tan difundido como se dice”.

Efectivamente, si se tiene en cuenta que hoy existen unos 500.000 sacerdotes diocesanos y religiosos, esos datos -sin dejar de ser tristes, - suponen un tanto por ciento no superior al 0.6%. El trabajo científico más sólido que conozco de autor no católico es el del profesor Philip Jenkins, Pedophiles and Priest, Anatomy of a Contemporary Crisis ( Oxford University Press). Su tesis es que la proporción de clérigos con problemas de desorden sexual es menor en la Iglesia Católica que en otras confesiones. Y, sobre todo, mucho menor que en otros modelos institucionales de convivencia organizada. Si en la Iglesia Católica pueden ahora resaltar más - y antes- es por la centralización eclesiástica de Roma, que permite recoger información, contabilizar y conocer los problemas con más inmediatez que en otras instituciones y organizaciones, confesionales o no. Hay dos ejemplos recientes que confirman los análisis de Jenkins. Los datos que acaban de facilitar las autoridades austríacas indican que, en un mismo período de tiempo, los casos de abusos sexuales señalados en instituciones vinculadas a la Iglesia han sido 17, mientras que en otros ambientes eran 510. Según un informe publicado por Luigi Accatoli ( un clásico del Corriere della Sera), de los 210.000 casos de abusos sexuales registrados en Alemania desde 1995, solamente 94 corresponden a personas e instituciones de la Iglesia católica. Eso supone un 0,045%.

Me da la impresión de que se está generando un clima artificial de “pánico moral”, al que no es ajeno cierta pandemia mediática o literaria centrada en las “desviaciones sexuales del clero”, convertidas en una suerte de pantano moral. Nada nuevo, por otra parte, pero que ahora alcanza cotas desproporcionadas, al conocerse hace unos días los casos ocurridos en Alemania, Austria y Holanda. La campaña recuerda las leyendas negras sobre el tema en la Europa Medieval, la Inglaterra de los Tudor, la Francia revolucionaria o la Alemania nacional-socialista. Coincido con Jenkins cuando observa : “ el poder propagandístico permanente de la cuestión pedófila fue uno de los medios de propaganda y acoso utilizados por los políticos, en su intento de romper el poder de la Iglesia católica alemana, especialmente en el ámbito de la educación y servicios sociales”. Himmler charged that "not one crime is lacking from perjury through incest to sexual murder," offering the sinister comment that no one really knows what is going on "behind the walls of monasteries and in the ranks of the Roman brotherhood." Esta idea es ilustrativa, si se piensa en aquel comentario de Himmler : “ nadie sabe muy bien lo que ocurre tras los muros de los monasterios y en las filas de la comunidad de Roma…" Hoy también se mezcla la información de datos y hechos con insinuaciones y equívocos provocados. Al final, la impresión es que la única culpable de esa triste situación es la Iglesia católica y su moral sexual

Dicho esto, es evidente que el problema tiene la gravedad suficiente para abordarlo sin oblicuidades. Vayamos a sus causas. Debo reconocer que me llamó la atención el énfasis que Benedicto XVI puso en la reiterada condena de estos abusos en su viaje a Estados Unidos. Los analistas esperaban, desde luego, alguna referencia al tema. Pero sorprendió que por cuatro veces aludiera a estos escándalos. Y es que, en realidad, esta cuestión hunde sus raíces en los años sesenta y setenta, pero estalla a principios del nuevo milenio con sus repercusiones patrimoniales y de reparación para las víctimas. Algo, pensaba yo, que pertenece al pasado. A un pasado que coincidió con la llamarada de la revolución sexual de los sesenta. Por entonces se descubrió, entre otras filias y fobias, la “novedad” de la pedofilia, apuntando, entre otros objetivos, a la demolición de las “murallas” levantadas para impedir el contacto erótico entre adultos y menores. ¿Quién no recuerda - en torno a aquellos años - a Mrs Robinson y a Lolita…? Si se hurga un poco comprobaremos que algunos de los más inflexibles “moralistas” actuales, fueron apóstoles activos de la liberación sexual de los sesenta/setenta

Esta revolución ha marcado a una cultura y a su época, dejando una profunda huella, que contagió también a ciertos ambientes clericales. Así, algunas Universidades católicas de América y Europa desarrollaron enseñanzas con una concepción equívoca de la sexualidad humana y de la teología moral. Al igual que toda una generación, algunos de los seminaristas no fueron inmunes y actuaron luego de modo indigno. Contra esa podredumbre se enfrentó decididamente Juan Pablo II, cancelando el permiso de enseñar en esas Universidades a algunos docentes, entre ellos a Charles Curran, exponente cualificado de aquella corriente.

Benedicto XVI, no obstante las raíces antiguas del problema, decidió actuar con tolerancia cero en algo que mancha el honor del sacerdocio y la integridad de las víctimas. De ahí sus reiteradas referencias al tema en Estados Unidos y su rápida reacción convocando a Roma a los responsables, cuando el problema estalló en algunas diócesis irlandesas. De hecho acaba de hacerse pública una dura carta a la Iglesia en Irlanda donde el Papa viene a llamar “traidores” a los culpables de los abusos y anuncia, entre otras medidas, una rigurosa inspección en diócesis, seminarios y organizaciones religiosas. Resulta sarcástico el intento de involucrarle ahora en escándalos sexuales de algún sacerdote de la diócesis que regentó hace años el arzobispo Ratzinger. Sobre todo si se piensa que fue precisamente el cardenal Ratzinger quien, como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, firmó el 18 de mayo de 2001 la circular De delictis gravioribus' (“crímenes más graves”) con duras medidas ejecutivas contra esos comportamientos. El propio hecho de reservar a la Santa Sede juzgar los casos de pedofilia (junto con los atentados contra los sacramentos de la Eucaristía y la Confesión) subraya la gravedad que les confiere, así como el propósito de que el juicio no aparezca “condicionado” por otras instancias locales, potencialmente más influenciables.

Desde luego, en todas partes cuecen habas. Nigel Hamilton ha escrito sobre la presidencia de EE.UU: “En la Casa Blanca hemos tenido a violadores, mariposones, y, para decirlo suavemente, personas con preferencias sexuales poco habituales. Hemos tenido asesinos, esclavistas, estafadores, alcohólicos, ludópatas y adictos de todo tipo. Cuando un amigo le preguntó al presidente Kennedy por qué permitía que su lujuria interfiriese en la seguridad nacional, respondió: "No puedo evitarlo".

Ante el problema, la Iglesia es una de las pocas instituciones que no ha cerrado las ventanas ni atrancado las puertas hasta que pase la tormenta. No se ha acurrucado en sí misma “hasta que los bárbaros se retiren a los bosques”. Ha plantado cara al problema, ha endurecido su legislación, ha pedido perdón a las víctimas, las ha indemnizado y se ha tornado implacable con los agresores. Denunciemos los errores, desde luego, pero seamos justos con quienes sí quieren -a diferencia de Kennedy- evitarlos.

martes, 9 de marzo de 2010

¿qué hacer cuando no funciona el campus virtual? (3)

En el anterior capítulo de este apasionante serial que pone de manifiesto la inutilidad de algunas instituciones de educación superior para hacer funcionar con normalidad las herramientas informáticas docentes, llegamos hasta la obtención de datos de los alumnos y la confección de las fichas (con foto) de cada alumno a través de los contactos de gmail + los formularios de google docs.

El siguiente paso es hacer lo equivalente a las páginas del campus virtual a través de google sites. Un "site" por cada asignatura y grupo, pero siempre desde la misma cuenta de google (que hace aquí las funciones de "cuenta del campus virtual"). El site permite crear, a partir de plantillas muy simples y con distintos diseños, los apartados de un campus virtual: módulos de trabajo, materiales complementarios, vínculos de internet, "para saber más"... Para el calendario de la asignatura y el grupo, lo más sencillo es crear un calendario de asignatura y grupo en google calendar y luego vincular ese calendario en una de las páginas del "site" que se puede llamar calendario de la asignatura o algo así.

El producto final que puede resultar de estas operaciones es el siguiente. Para el acceso restringido, se establece una invitación para cada participante (sea otro profesor o sean los alumnos) que abre una cuenta de google y entra en las páginas web como lector o invitado. La otra posibilidad es cifrar la documentación a la que sólo accederán los estudiantes del curso mediante contraseñas.

Para el foro de la asignatura lo más sencillo es abrir un grupo de discusión en google grupos, e invitar de modo masivo (es una modalidad posible, aunque google requiere justificación) a todos los alumnos a incorporarse al foro. Está francamente bien, porque permite elegir a los usuarios si quieren recibir los mensajes del foro en su correo electrónico o si prefieren hacerlo a través de las páginas web de los grupos de google. Si los alumnos han abierto una cuenta de correo electrónico en google, entonces incluso puede emplearse google talk durante las horas de tutoría para resolver dudas en tiempo real desde cualquier sitio.

Todas estas herramientas se "heredan" de año en año sin cambiar los elementos fundamentales y no dependen de servicios de matenimiento, colapsos de entrada en la red, cambios de plataformas, ciber-burocracia universitaria, monsergas departamentales, etc., etc.

El problema de las copias de seguridad: i) google docs admite directamente exportar carpetas completas (los trabajos de 2ºS, por ejemplo) con el botón derecho del ratón, en el menú "exportar"; ii) gmail-backup-0.107 (un programa gratuito) permite descargar al disco duro (al terminar el año académico) todo el correo electrónico de ese curso, iii) puede copiarse todo el site creado a un nuevo lugar y puedes copiar el contenido de cada página web en html en cualquier archivo simple de texto (la verdad es que esto último es un poco chapucero, pero no sé cómo hacer copia de seguridad de las páginas web creadas, todo llegará).

Y estoy a disposición de todos los que estén pensando seriamente salirse del sistema (ojo, los que están pendientes de acreditación ANECA/Anecas autonómicas no les aconsejo salirse del sistema) para dudas, aclaraciones y para compartir experiencias de trabajo con campus virtuales alternativos. 

domingo, 7 de marzo de 2010

aborto en España

Esta semana el Boletín Oficial del Estado publica la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Se trata de una ley de plazos, acompañada de un conjunto importante de medidas para hacer efectivo, sobre todo en las nuevas generaciones, un modo de entender la sexualidad y la vida que obedece a parámetros que calificaría de "cultura de la muerte", de cosificación del sexo y de degradación de la persona.  Un gran día, dijeron los medios de comunicación, el de la aprobación de la Ley. Yo me quedé hecho una mierda porque pienso que antes de llegar a un aborto hay que hacer cualquier cosa, hay que cambiar el mundo, hay que dar la vida por la vida que se pierde. Y no he dado la vida, ése es el jodido problema.  Y no he conseguido cambiar el mundo, "ni el negrillo de la uña" que diría algún clásico. He superado la mitad de lo que probablemente sea mi vida en esta tierra y no dejo un mundo mejor.

Esta mañana, mientras corría mis kilómetros por parques de Moratalaz y Vicálvaro, tomé la determinación de inaugurar una cola de gilipollas (a lo mejor no hay ninguno y me quedo solo en la cola) que no hicimos todo lo que pudimos para lograr que esto no sucediera.

Y por ponerle música a la situación, dos posibilidades: The Doors o Diana Krall. Ahora escucho a Kula Shaker, aunque me imagino que a Kula Shaker no le debe hacer ni pizca de gracia que yo escuche su música.

los jueces y la politización de la justicia

En este Mundo Pumuki de acontecimientos planetarios, Margarita Robles cual papisa nepotista coloca amiguetes, afiliados y deudos; la Francisco de Victoria agarra un berrinche infantil porque pensaba que los miembros del CGPJ los traía bajo el brazo el Ratoncito Pérez; y la Profesional de la Magistratura le tiende displicente a la berrinchosa una caja de clínex. De pronto, unos Jueces firman un manifiesto judicial contra la politización de la justicia. Y, mientras tanto, cada Comunidad Autónoma tiene su propio "programita" de gestión de la oficina judicial...  Foto de un café en el aeropuerto de Frankfurt.