De Juan Antonio Sagardoy Bengoechea, Catedrático de Derecho del Trabajo, en ABC de 16 de enero de 2011:
"Corremos el peligro de instalar como norma el igualitarismo que es algo distinto a la igualdad. Y la igualdad no impide (no debe impedir) la diversidad de trato, la pluralidad de comportamientos. Como dice claramente el Tribunal Supremo (St. 4.2.94) «el principio de igualdad consagrado en el artículo 14 de la Constitución Española no supone en todo caso un tratamiento idéntico a todos los que se encuentran en una posición semejante, ya que debe entenderse que la desigualdad en sí no es ilegítima, salvo que sea de tal naturaleza que se convierta en discriminación, que es su cara peyorativa» (...) Tenemos que tener bienes, riquezas y medios suficientes para poder practicar, a posteriori, una razonable política de reparto, una implantación sostenible del Estado del bienestar. De lo contrario, corremos el peligro de socializar la pobreza, que es algo en lo que la Historia nos da lecciones que no deberíamos olvidar. Sigo recordando la anécdota de Mario Soares, triunfador con su partido socialista en Portugal, cuando le dijo a su compañero ideológico sueco, Olof Palme, que iban “a acabar con los ricos”, a lo que le contestó éste: “Pues no es buen camino, aquí estamos intentando acabar con los pobres”."
Ver también esto otro "Separados pero iguales en la escuela". Interesante resumen.
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