Vuelvo al blog casi de puntillas, tras algo más de dos meses de silencio. Los dramáticos sucesos de Francia estos días obligan a ello. Desgraciadamente, el lenguaje de la violencia, precisamente el que hablan los terroristas (que eso son) ha terminado imponiéndose y sus resultados son nefastos.
De un lado, los occidentales tipo tertulia radiofónica siguen aferrados a los dogmas de una libertad de expresión velis vel nolis que predican en casa, sin saber que ahora vivimos a escala global: el vuelo de la mariposa aquí es un terremoto allá. De otro lado, los terroristas no saben combatir con la fuerza de la palabra y pasan al gatillo. Por medio, la incomprensión se cobra vidas.
Algunos recursos de urgencia para reflexionar sobre cuestiones de fondo:
- J. Martínez-Torrón, S. Cañamares Arribas (eds.), Tensiones entre libertad de expresión y libertad religiosa, Tirant Lo Blanch, 2014.
- S. Silvestri, "Charlie Hebdo attacks: a horrific escalation of violence in an already tense society", The Conversation, January 7th 2015.
- D. Brooks, "Yo no soy Charlie Hebdo", El País, 9 de enero de 2015.
- I. Aréchaga, "Charlie Hebdo: la solidaridad y la crítica", Aceprensa, 9 de enero de 2015.
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