Lucas Goodrich
Wall Street Journal
11 de diciembre de 2009
Tres niños entran en una escuela pública europea: una musulmana, un sij y un ateo. La niña musulmana y el niño sij son expulsados porque usan ropa religiosa: un pañuelo en la cabeza de la chica musulmana, y un turbante el niño sij. El ateo es bienvenido en la escuela, pero se siente incómodo porque en su aula tiene un crucifijo en la pared. ¿Quién ha visto infringida su libertad religiosa?
Si usted dijo que los musulmanes y los sijs, está equivocado, al menos según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Recientemente el Tribunal ha sorprendido de Europa al declarar contraria al Convenio una ley italiana que ordena poner un crucifijo en la pared de cada aula de escuale pública. Según el Tribunal, la presencia de un crucifijo interfiere con el derecho de los estudiantes a elegir su propia religión (o no religión).
Resto del artículo a través de este vínculo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario